top of page
Buscar
  • 19 may 2020
  • 2 Min. de lectura

La pulmonía es una infección de uno o ambos pulmones, causada por bacterias, virus u hongos.

Pulmonía

¿Qué causa la pulmonía?

La nariz y las vías respiratorias superiores humanas filtran, de manera natural, los gérmenes y las partículas del aire; sin embargo, a veces, los gérmenes encuentran la forma de ingresar a los pulmones y causar infecciones. Esto es más probable que ocurra si su sistema inmunológico se encuentra débil debido a lesiones o enfermedades o si

sus vías respiratorias naturales han sido sometidas a un bypass mediante un tubo de traqueotomía.


Cuando estos gérmenes llegan a sus pulmones, se inflaman e infectan y reaccionan produciendo secreciones, fluidos y pus. Una tos debilitada o un aumento de moco en los pulmones también pueden ponerle en un mayor riesgo de contraer pulmonía.


¿Cuáles son los síntomas?

Al principio, la pulmonía puede sentirse como un resfriado o como gripe, pero generalmente resultará en síntomas tales como fiebre alta, estremecimiento, escalofríos y una tos con una producción aumentada de esputo. El esputo, generalmente no tiene color y, algunas veces, tiene sangre.


Otros síntomas incluyen falta de aliento, respiración superficial y agitada, dolor de pecho, dolor de cabeza, fatiga excesiva y/o pérdida del apetito.

Factores de riesgo:

  • Lesión en la columna vertebral.

  • Enfermedad/lesión: si su sistema inmunológico se encuentra débil, usted tiene un mayor riesgo de contraer pulmonía.

  • Traqueotomía/tubo para respirar: cualquier cosa que su utilice como bypass en las vías respiratorias naturales.

  • Reposo prolongado en cama.

  • Aumento en la producción de moco y tos improductiva.

  • Cirugía: es posible que no pueda toser fuertemente después de una cirugía o es posible que deba hacer reposo.

  • Cualquier cosa que evite que sus pulmones se expandan completamente (atelectasia).

¿Cómo se diagnostica?

Un médico diagnosticará la pulmonía al revisar los síntomas del paciente, los exámenes físicos, las radiografías de tórax, el cultivo del esputo o la extracción de sangre para verificar si hay infección.

Usted puede separar una cita para una radiografía de tórax haciendo clic aquí.


Prevención:

  • Lávese las manos con frecuencia y evite a la gente enferma.

  • Vacúnese contra la gripe y la pulmonía.

  • Cada vez que sea posible, levántese de la cama.

  • Respiración profunda.

  • Tos fuerte y efectiva.

  • Realice una succión cuando sea necesario.

  • Deje de fumar.

  • Cambie de posición cuando esté en la cama.

  • Realice sus tratamientos respiratorios y tome sus medicamentos cuando se lo ordenen y programen.

Fuente: Craig Hospital

  • 18 may 2020
  • 2 Min. de lectura


La oximetría de pulso es una forma de medir cuánto oxígeno contiene su sangre. Gracias a un pequeño dispositivo llamado oxímetro de pulso es posible medir los niveles de oxígeno en su sangre sin necesidad de pincharlo con una aguja. El nivel de oxígeno en sangre calculado con un oxímetro se denomina “nivel de saturación de oxígeno” (abreviado como SatO2). Este porcentaje indica cuánto oxígeno transporta su sangre en relación al máximo que sería capaz de transportar. En circunstancias normales, más del 89% de sus glóbulos rojos debería contener oxígeno.


¿Por qué es importante verificar los niveles de oxígeno en la sangre?

Si usted padece un trastorno pulmonar, los niveles de oxígeno en su sangre pueden ser más bajos de lo normal. Es importante saberlo porque cuando su nivel de oxígeno en la sangre es bajo las células de su organismo pueden tener dificultades para cumplir adecuadamente sus funciones. El oxígeno es la “gasolina” del cuerpo, y cuando le falta “gasolina” el cuerpo no funciona bien.


Los bajos niveles de oxígeno también pueden repercutir sobre el corazón y el cerebro.

La mayoría de las personas necesita un nivel mínimo de saturación de oxígeno del 89% para que sus células se mantengan saludables. Se considera que tener niveles más bajos de saturación de oxígeno en la sangre durante un período de tiempo corto no causa daños; sin embargo, si esto ocurre con frecuencia, puede dañar o provocar un esfuerzo excesivo a las células de su organismo. Si su nivel de oxígeno es bajo respirando el aire ambiente, se le puede indicar que utilice oxígeno suplementario (adicional). El oxímetro se puede utilizar para determinar cuánto oxígeno necesita y cuándo puede necesitarlo. Por ejemplo, algunas personas necesitan más oxígeno cuando duermen que cuando están despiertas, y otras necesitan más oxígeno cuando están en actividad que cuando están en reposo.


Fuente: American Thoracic Society



(04) 2 287019

  • Facebook Social Icon
  • Instagram
  • YouTube

© 2020 Todos los derechos reservados. Centro Médico Dr. Mario Rendón

bottom of page